
Si alguna vez hiciste una dieta para bajar de peso o conoces a alguien que lo haya hecho, sabes que un principio fundamental para que funcione es: dejar de comer eso que engorda. Todos sabemos que hay alimentos que se deben dejar de comer o se deben reducir. Normalmente, hacer dieta se asocia con privarse de una cantidad de alimentos, por ejemplo, dejar de comer lo que llamamos “comida chatarra”.
Sin embargo, también sabemos que, no sólo debemos eliminar ciertos alimentos, sino que también debemos incluir otros alimentos, como las frutas y las verduras. Si nos enfocáramos más en esto último, asociaríamos hacer dieta con consumir más alimentos saludables. Esto también es esencial para tener buena salud y prevenir muchas enfermedades. Si comemos más alimentos saludables, tendremos menos probabilidades de subir de peso y de padecer ciertas enfermedades.
Esta misma lógica se podría aplicar en el ámbito personal y social con respecto a la prevención de algún problema o de algún malestar. Si no queremos tener o padecer algún problema, quizás sería mejor concentrarnos en lo que tenemos que hacer (ej: consumir alimentos saludables) en vez de concentrarnos en lo que no tenemos que hacer (ej: consumir comida chatarra). Tenemos que pensar cuáles son esos “alimentos saludables” que debemos consumir más en nuestra vida para evitar lo que no queremos.
Para mí, esos “alimentos saludables” son las habilidades socioemocionales: autoestima, autoconciencia, autocontrol, consciencia social, toma de decisiones responsables, resiliencia, etc. Son habilidades que desarrollamos toda la vida y las cuales nos ayudan no sólo a relacionarnos con las demás personas sino a relacionarnos con nosotros mismos; es decir que nos ayudan en nuestro desarrollo personal y social.
¿Qué rol cumplen en la prevención?
En varias investigaciones, se ha demostrado la fuerte relación que existe entre las habilidades socioemocionales y ciertas dificultades o “problemas”. Se ha demostrado, por ejemplo, que la autoestima se relaciona negativamente con la depresión, ideación suicida, problemas de conducta, deserción escolar, bajo rendimiento académico, consumo de drogas, trastornos alimentarios y trastornos psicológicos. (Ver referencias más abajo).
En un estudio se evalúo la evidencia sobre las asociaciones a largo plazo entre las habilidades sociales y emocionales en la niñez y en la edad adulta a través de los resultados de una investigación y de la revisión de la literatura sobre el tema (Goodman, Joshi, Nasim & Tyler, 2015). Este estudio se basó en estos 5 grupos de habilidades socioemocionales:
- Autopercepción y autoconciencia.
- Motivación
- Autocontrol y autorregulación
- Habilidades sociales
- Resiliencia y afrontamiento
Los investigadores encontraron que había “un cuerpo de trabajo muy significativo que demuestra la asociación del autocontrol, la autorregulación (y conceptos similares) en la infancia con muchos dominios de la vida adulta, incluida la salud mental, la satisfacción con la vida y el bienestar, las calificaciones, los ingresos y los resultados del mercado laboral, las medidas de salud física, obesidad, tabaquismo, delincuencia y mortalidad”. (Goodman, Joshi, Nasim & Tyler, 2015, p.8)
También se encontró que la autoeficacia estaba relacionada » a una serie resultados de adultos, que incluyen angustia mental, salud autoevaluada, obesidad y desempleo”. Con respecto a la autoestima en la infancia, la literatura muestra que “está asociada con la salud mental y física en la vida adulta”. Así mismo, “se ha descubierto que las habilidades sociales son importantes como predictores de los resultados del mercado no laboral, en particular, la salud mental y el bienestar, los comportamientos saludables y el matrimonio en la vejez” (Goodman, Joshi, Nasim & Tyler, 2015, p.8)
Considerando estos resultados y muchos otros más, podemos decir que las habilidades socioemocionales son componentes claves para la prevención y su desarrollo es un factor protector importante para la salud y el bienestar general.
Trabajar en nuestro propio desarrollo personal y social no es un lujo sino una necesidad. Aunque tener estas habilidades no significa estar libre de problemas, sí significa tener más recursos para evitarlos y afrontarlos cuando se presenten.
También, debemos tener en cuenta que estas son habilidades que las desarrollamos toda la vida y no sólo en la infancia y adolescencia. Si bien en esas etapas es cuanto mayor peso se le dan, no debemos olvidar que el trabajo en uno mismo es permanente si es que queremos lograr el bienestar general. En una buena y saludable dieta de la vida, estos “alimentos” no pueden faltar.
“Los investigadores han encontrado que, incluso más que el cociente intelectual, la conciencia emocional y habilidades para controlar sentimientos determinarán nuestro éxito y felicidad en todos los ámbitos de la vida, incluyendo las relaciones familiares” John Gottman
Referencias
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