
En esta primera edición de “Educadores del Paraguay” estuve conversando con Montserrat Galdón Vilaplana de Mujica, de 54 años. Ella se recibió de Licenciada en Administración de Empresas de la Universidad Católica y realizó la Formación Pedagógica para Egresados Universitarios en el Instituto de Formación Docente “El Sembrador”.
Durante 17 años, se desempeñó como docente en el Colegio San José, teniendo a su cargo materias como Trabajo y Tecnología, Contabilidad, Administración, Mercadotecnia, Economía y Gestión y Administración Financiera. Además, fue Coordinadora del Bachillerato Técnico en Administración de Negocios en el mismo colegio. Luego, durante 4 años se desempeñó como Profesora Guía en el Colegio Santa Teresa de Jesús acompañando a alumnos del Tercer Ciclo.
Para mí fue un honor poder tener la oportunidad de entrevistarla ya que tuve la suerte de ser su compañera de trabajo hace algunos años cuando las dos trabajábamos como profesoras guías. Siempre me impresionó su manera de tratar a los estudiantes, dedicándole tiempo a todos aquellos que necesitaban de su ayuda y de su orientación. También, siempre me llamó la atención la manera en la cual los estudiantes confiaban en ella y se sentían queridos y respetados.
La docencia como vocación y la influencia de otros educadores
Desde niña, a Montserrat le gustó enseñar y para ella la docencia “es una vocación que debe ser acompañada de una excelente formación académica”, pero resalta también que no sólo es importante contar con títulos, sino que es importante tener esa “vocación de darse a los demás, respetando sus individualidades y tomándose un tiempito para conocer y entender el comportamiento de cada niño o adolescente. Es trabajar en equipo compartiendo experiencias y conocimientos”.
Muchas personas influyeron positivamente en la vida y en la práctica docente de Montserrat. Cuando estuvo en primaria, cuenta la influencia de la Madre Pepita Ros y la Hermana Gloria. Luego, en la secundaria, el Profesor Mario Prono, quién “nos hablaba sobre la vida y de cómo preservar el medioambiente. Nos inculcaba el amor a la naturaleza”, y la Profesora de literatura María Luisa Artecona de Thompson porque “nos enseñaba cosas que teníamos que saber para la vida: modales, formas de comportarse, cómo enfrentar la vida universitaria. Tengan en cuenta que en ese entonces no existía el internet en Paraguay y no llegaban muchos materiales por el momento político en el que vivíamos”. Luego, en su etapa ya profesional, cuenta la influencia de “excelentes docentes cristianas que me enseñaron con su ejemplo”.
Implicancias de la educación
Para Montserrat, educar significa “formar integralmente al niño, niña o adolescente”. Desde su experiencia como docente de cátedra, resalta que la educación “no sólo significa impartir conocimientos” sino también significa conocer a los estudiantes, interesarse por ellos y por las situaciones que atraviesan, y es tener en cuenta sus diferencias e individualidades, así como también “el aspecto emocional y psicológico de cada uno”. “De eso depende el éxito de lo que pretendo trabajar con ellos”.
Desde su experiencia como profesora guía, educar es “conocer a profundidad el entorno del niño, niña o adolescente y la realidad del día a día, porque sólo así podré tocar su corazón, ganar su confianza y de ese modo poder trabajar en las áreas donde necesita mayor atención”
Lecciones de vida
La experiencia como docente le dejó a Montserrat muchas lecciones, tales como:
- “No juzgar por la primera impresión”
- “La docencia no es competir con mis pares. Es trabajo en equipo. Es compartir respetando las ideas y opiniones tanto de mis pares como de los alumnos”
- “Cada individuo es un mundo y, aunque no se deben hacer diferencias, debo tener la capacidad para distinguir qué herramientas son necesarias para cada caso en particular”
- “Ser un instrumento de Dios por medio del amor al prójimo. Sólo así se logra tener la capacidad y la paciencia para poder desarrollar mi rol como docente”
De sus estudiantes aprendió a “practicar la paciencia, a escuchar sin juzgar. Aprendí que con amor y perseverancia puedo cambiar la vida de los estudiantes. Mis estudiantes me dejan mucho amor en el corazón”.
Montserrat recalca que “nunca se deja de aprender. También aprendí mucho de profesores jóvenes que se están empezando”. Para ella, depende de la voluntad que uno le ponga. Opina que la experiencia es enriquecedora, pero uno siempre puede aprender de los que se están iniciando.
Durante sus años de docencia, Montserrat disfrutó “tocar los corazones de los adolescentes. En mi caso, trabajé con alumnos de 8vo y 9no grado de Escolar Básica, y 1ero, 2do y 3er año del Nivel Medio”. También disfrutó “entender su mundo, acompañar sus inquietudes y pesares, y aprender de ellos”.
Características de un buen docente
Para Montserrat, un docente tiene que “tener una actitud positiva y amar su trabajo. Un buen docente siempre está dispuesto a aprender. Aprender de sus pares y de los estudiantes. Siempre surgen situaciones o acciones que nos dejan una enseñanza y nos marcan, en algunos casos para siempre”.
También, un buen docente tiene que “saber escuchar, ser empático, responsable, organizado y solidario”. Tiene que “trabajar en equipo y ser cooperativo”. Debe “no temer al cambio, aplicar nuevas técnicas de enseñanza y nuevas herramientas como las tecnológicas. Necesita ser flexible, no resistirse al cambio, y necesita mantener una comunicación fluida con sus pares, superiores, estudiantes y con las familias”.
En lo personal, Montserrat comparte los siguientes aspectos y cualidades como fortalezas que la caracterizan a ella como docente:
- “Guiar y enseñar con firmeza pero con amor, sabiendo que el aspecto emocional juega un papel preponderante en la formación del estudiante.
- Saber escuchar
- Mantener la línea de autoridad
- Trabajar en equipo
- Capacitación y lectura de temas actuales
- Utilizar estrategias de adecuación de acuerdo a las capacidades y situaciones que se presentan con los estudiantes
- Promover el trabajo cooperativo entre los estudiantes y entre pares
- Planificar toda actividad
- Promover el respeto y amor al prójimo enseñando con el ejemplo
- Resiliente
- Atención a la diversidad
- Empática
- Responsable
- Y por sobre todo realizar cada tarea con amor. Es sumamente importante amar lo que uno hace y hacer lo que uno ama”.

La docencia y el trabajo con personas
El ser docente también conlleva muchas dificultades. Se trabaja con todo tipo de personas. Además de trabajar con alumnos, también se debe trabajar con las familias y con otros docentes. Montserrat comenta que, como catedrática, a ella le costó “que los adolescentes comprendan que muchas veces tienen compañeros y compañeras que requieren de una atención más personalizada y que eso no significa querer más a ese alumno o alumna, ni tampoco significa que voy a descuidar a los demás”. Generalmente, en un salón de clases, puede haber alumnos “que por el entorno que los rodea tienen ciertos miedos o dificultades que impiden un aprendizaje significativo y requieren de mayor atención. Eso es lo que el grupo debe comprender y ayudar como un todo para que dicho proceso se facilite de la manera más natural posible”.
También, como profesora guía, algo que “no me costó pero que sí era muy delicado, por lo que demandaba mucho de mis aptitudes y habilidades, fue el trato con los padres de mis alumnos. Los padres depositan todas sus esperanzas para que yo eduque a sus hijos. La educación primaria y los modales se traen de la casa, los padres son los responsables. Mi deber es formar en valores, impartir conocimientos, acompañar su aprendizaje y comportamiento, ser ejemplo de vida para ellos, pero la educación es responsabilidad de los padres y esto es difícil de tratar con los mismos”. Manifiesta que “la primera educación se aprende en la casa, en la familia. Los educadores reforzamos y ampliamos eso que se enseñó en la casa”.
Además de eso, está el trabajo con otros docentes. “Resulta difícil, en ocasiones, que los docentes comprendan las diferentes situaciones que rodean a los alumnos, como así también ciertas discapacidades de estos. Complica el proceso cuando el docente no tiene el tiempo necesario, la buena voluntad y la paciencia de entender lo que el alumno necesita. La responsabilidad en estos casos no debe recaer íntegramente en el docente, ya que esto es un trabajo en equipo a nivel institucional y en la mayoría de los casos se trabaja con profesionales internos y externos, me refiero a psicólogos, psicopedagogas, fonoaudiólogas, etc.”
A Montserrat le ayudó mucho “el escuchar y confiar en lo que estoy haciendo y en lo que espero de mis estudiantes”. Recomienda que los docentes se propongan “metas alcanzables y objetivos claros, y escuchar a todos por igual”. Aconseja que los docentes “hagan lo que aman y amen lo que hacen” y que, además, tengan “la humildad de reconocer que podemos equivocarnos como seres humanos que somos y rectificar lo errado”.
También le parece muy importante “manejar los intereses de los alumnos, estar involucrados en sus actividades y entender su mundo”
Mensajes y recomendaciones
El mensaje que deja para los estudiantes es que “aprovechen la oportunidad de estudiar y formarse en valores. Esa es la mayor riqueza que pueden tener y que nadie se la puede quitar. Educándose se logra el crecimiento y progreso de una nación. Se cambia la mentalidad de los educandos y éstos, a su vez, pueden cambiar la sociedad y el país en el que vivimos. Que reclamen sus derechos con respeto y de la misma forma cumplan con sus obligaciones. No callen, comuniquen a quien corresponda sus inquietudes sobre la base del respeto y el amor al prójimo. No discriminen, acepten las individualidades de cada uno y no prejuzguen”.
Para los padres y las familias, Montserrat se dirige diciendo que “no esperen que los docentes desempeñemos sus roles. La familia es la primera escuela donde los niños y niñas se educan en valores, y luego las instituciones educativas, a través de sus docentes, formamos a los estudiantes en valores, impartimos conocimientos y ayudamos a sus hijos en la construcción de un futuro mejor y acorde a sus habilidades y aptitudes”.
El mensaje que quiere dejar a todas las personas es que “se interesen y se involucren en los procesos educativos tanto del sector público como del privado porque la educación es la base del desarrollo de un país. Sin la educación, no se puede avanzar como país”.
“Dejar una huella en el corazón y el conocimiento de mis estudiantes es mi mayor legado”.
La profesión docente en el Paraguay
Montserrat opina que en Paraguay, se necesita:
- “Una capacitación constante para todos los docentes (público y privado).
- Una remuneración acorde al grado de responsabilidad que conlleva formar seres humanos.
3- Una revisión y actualización de los programas de estudio de todas las disciplinas.
4- Motivar a los estudiantes para que se interesen en investigar y realizar trabajos de campo. Es importante que nuestros estudiantes se interesen por su país en todos los aspectos que conforman al mismo y el cuidado del medioambiente”.
“Hace falta voluntad para el cambio. El cambio debe partir del gobierno y pasar por las instituciones educativas, los docentes y la familia para poder ofrecer mejores oportunidades a los estudiantes”.
“Los maestros pueden llegar a tener una gran influencia en la vida de sus estudiantes por lo que me parece muy importante contar con habilidades y actitudes bien específicas para que de esa manera podamos motivar e inspirar a los estudiantes a construir y alcanzar sus sueños; formando personas integrales, responsables y capaces de impactar en la sociedad y formar un mejor futuro para ellos mismos y para el país”

Comentario final
En estos tiempos en que los niños y jóvenes atraviesan muchos problemas y dificultades, es muy importante contar con docentes que sientan su profesión como una vocación y, así como Montserrat, que se interesen e involucren en sus vidas y que “entiendan su mundo”. En algunas ocasiones, puede ser que muchos estudiantes no tengan alguna persona a quién recurrir dentro de sus familias. Muchos de ellos pueden necesitar de un maestro o educador para que los sostenga en los momentos difíciles. Las escuelas pueden ser espacios de refugio y apoyo para aquellos estudiantes que estén viviendo bajo situaciones de riesgo. No debemos subestimar la influencia que los educadores pueden tener en la vida de sus estudiantes. Un simple acto de “atención o amor” puede significar mucho para un niño o adolescente.
Hoy en día, los estudiantes necesitan tener profesores que no sólo les enseñen los conocimientos académicos sino que también les enseñen conocimientos y habilidades para la vida. Como mencionaba Montserrat, la educación debe ser integral, es decir, que debe integrar y cubrir todos los aspectos de la persona humana. De esta manera, la educación será completa y se podrá lograr el crecimiento y desarrollo pleno de los niños y jóvenes prestando mucha atención a su bienestar.
Agradecimiento
Por último, me gustaría agradecer de manera especial a Montserrat por dedicarme su tiempo para conversar e intercambiar ideas sobre la educación y la docencia. También, por compartir su experiencia personal y su aprendizaje, los cuales pueden ser de gran beneficio para muchos otros educadores. Personalmente, de las palabras y la experiencia de Montserrat pude rescatar muchos aspectos valiosos y fundamentales a tener en cuenta en la educación. Valoro que haya educadores en el Paraguay como Montserrat que les dediquen tiempo a los estudiantes y se involucren en sus vidas. El apoyo del docente es un gran factor protector contra muchos problemas que pueden afectar a los niños y adolescentes, así como también es un componente clave para aumentar el bienestar de los mismos en diferentes áreas como la autoestima, compromiso escolar, etc. Para más información sobre este aspecto, se puede leer un artículo anterior publicado en esta página titulado “La importancia de las conexiones humanas en la escuela: la cercanía y el apoyo del docente como un factor protector”. https://educarparaprevenirpy.com/2020/04/05/la-importancia-de-las-conexiones-humanas-en-la-escuela-la-cercania-y-el-apoyo-del-docente-como-un-factor-protector/
Muchas gracias, Montserrat, por tu pasión por la enseñanza, por tu entrega y dedicación a tantos jóvenes que pasaron por tu vida. Estoy convencida de que marcaste la diferencia en la vida de muchos y dejaste una huella en sus corazones, así como también estoy segura de que inspiraste a muchos a ser mejores personas y a cumplir sus sueños.



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